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Andrey Araya (Narrador y Miembro Fundador) |
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Andrey Araya
(Poeta y Narrador)
Andrey Araya Rojas Nace en Limón, 1980.
Actualmente cursa su Licenciatura en Comunicación de Masas, en el Colegio Universitario San Judas Tadeo. Trabaja en el Banco Nacional. Ha escrito crónicas para proyectos de Hábitat para La Humanidad Costa Rica y un par de artículos de opinión que se publicaron en El Financiero y La República. Tiene un libro de cuentos inédito titulado Ojo de Ballena y un poemario en revisión.
LOS BUENOS PECADOS
No puede ser pecado
llenarte de silencio
cuando el mundo grita
con su temblor de máquina
en cada fibra del sueño.
No puede ser pecado
hacerte el amor de pie,
-con el vendaval en el pecho-
contra la pared
y en cada sitio
que imagine el asombro.
No puede ser pecado
negar a Dios
y creer ciegamente
que tu piel
es principio y fin
de todos los caminos.
No es pecado esta sed,
este escarceo de la página en blanco,
esta urgencia de poemas en las vitrinas,
quizás el abandono de esta ciudad
que naufraga
hacia lo más profundo de su gris.
¡No!
Yo te digo
que a partir de esta línea
no será pecado tu desnudez
en el beso múltiple del agua,
ni gritar en el parque
que el tiempo es un oficio perdido,
ni abdicar de los rezos,
ni transigir de la risa,
ni posar tu mano
en el sexo nuevo
que se lleva el rocío,
ni la fiesta que me retorna
hacia la niebla,
ni esta niñez
que me puebla la sangre,
ni la mentira subyugante
de los libros.
¡No!
Será acaso el único pecado
terminar aquí,
en los puntos suspensivos
de la azul irreverencia de tu cuerpo.
Fragmento del cuento:
La tía Carmen y el dinosaurio.
Lo sienta sobre sus regazos y lo pone frente a la computadora. Él siente los fuertes muslos como una enorme presencia bajo su cuerpo y lo inunda el deseo de bajarse inmediatamente y salir corriendo de allí, pero logra contenerse porque sería demasiado evidente y lo mejor es aparentar indiferencia. Además, su tía le ha dado una orden y desea cumplirla porque siempre ha querido escribir, pero piensa que es muy temprano para eso, que está fuera de tiempo y de lugar aunque siempre se sienta así, como si el mundo se deslizara alrededor suyo sin fijarse en ningún sitio, en ninguna pared ni calle, ni en esa vieja y enorme casa en la que ahora están solo él y Carmen.
Sabe sobre qué quiere escribir pero no se atreve. No lo hace porque tendría que escribir acerca de los muslos de su tía, acerca de las arañas que le pican el vientre a su contacto. Siente que está mal pensar esas cosas y por eso no las escribe. En lugar de eso, miente. Quisiera conocer todas esas palabras que Carmen ama y con las que logra imprimirse como un tatuaje en cada rincón de la casa.
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Poema de la Semana 11 al 17 de febrero 2013 |
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Esta vez, como poema de la semana, hemos escogido un pequeño cuento, muy poético, que escribiera Isabel Hernández y que leyera durante el Recital-Homenaje que POIESIS le dedicase a Luz Ala Chacón. He aquí el breve relato, casi prosa poética:
Domadora del tiempo
A Luz Alba Chacón
Quien coquetea con el tiempo hecho metáfora
Con la sabiduría de quien carga la curiosidad siempre en una pequeña bolsita color rojo; ella resucitaba laberintos. Algunos habían muerto por una pasión, otros por venganza, hubo uno que se ahogó en un río, dejando pequeños caminos huérfanos.
Por eso el Tiempo se enamoró de la dirección exacta de su sonrisa: un guiño, una carcajada, unas cuantas letras acariciando su espalda y de pronto... todos los labios de la historia le susurraban mares y montañas en sus ojos.
El Tiempo quiso ser carne para ella, pero finalmente concluyó que la mejor manera de entregarse era respirando poemas desde la hoja en blanco.
Por eso, a partir de ese instante, cada uno de los minutos se empapa de tinta, solo para verla desenvainarle la mirada al tiempo.
Isabel Hernández
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