Alberto Solar, nacido en San José, se considera hijo del cantón de Tibás, (San Juan del Murciélago), habitante peatonal de Moravia. Con más de cinco décadas a cuestas, arquitecto de profesión. Hace tres años, a raíz de una situación traumática, que lo tuvo al borde de la muerte, decidió cambiar su vida y quiso, soñó con ser poeta. Aún lo intenta, con vocación libertaria. Hace como 8 meses ingresó al Grupo Literario Poiesis, y ya ha participado en algunas lecturas. (San Ramón, Desamparados, y…otras vendrán).
Su vida se complementa con largas estadías en Jacó, asuntos de trabajo y solaz esparcimiento junto al mar, para adecuarse a su nombre y su destino de halcón…casi nunca solitario. Intenta un primer libro…verso a verso.
Reencuentro de soles A mi madre Claudia Soto
(In memorian)
El universo en su sincronía dirá el punto
y el instante de nuestro próximo encuentro
Aquel que vive en la memoria nunca muere
Que sorpresa el reencuentro
de tu mirada cómplice y solidaria
en la vacía estación de tanta soledad
¡Que sorpresa!
Revoloteaban puertas y ventanas
urgiendo al vendaval del tren
con su partida azul
con tu adiós de señales
al costado de mi impreciso amor
que no se pierde, madre
Este es el viaje de las mariposas
que en los pasillos recogen boletos
de nostalgia y de tristeza
Yo quería mirar el universo
pero de pronto al paso de segundos muertos
el tiempo y el espacio se anularon entre sí
Pasó por la pantalla el viejo Einstein
proponiendo inútiles consignas en la noche
y la metamorfosis se hizo niño
cargado de preguntas, golosinas y miedos
en su bolso de sueños
Y los ciegos viviendo entre mis ojos
se abrazaban sin piel y sin mañana
Pero el pájaro incandescente se irguió entre nosotros
el único vestigio en la ventana fue tu voz:
ése es el pájaro que entre nuestras manos nace
su nombre es el amor
y el sol lo sangra