|
|
|
|
Lucía Alfaro (Poeta y Miembro Fundador) |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Lucía Alfaro
(Poeta)
Miembro fundador
Bachiller en Administración de Empresas, funcionaria de la Universidad de Cosat Rica, donde cursa su último año de Filología Española. Es miembro fundadora del Grupo Literario Poiesis, en el que realiza la actividad de gestión cultural desde el 2007. Ha participado en encuentros nacionales e internacionales de escritoras. Es Secretaria de la Asociación Costarricense de Escritoras. Su primer poemario Nocturno de Presagios fue publicado en el 2010 por la editorial EUNED, tiene 4 poemarios inéditos.
Me desordeno amor, me dosordeno
cuando voy en tu boca demorada...
Carilda Oliver
Me desordenas,
y amanezco tan plena,
tan tuya,
tan ajena de mí
y de mis contornos,
con ese aroma
a café recién chorreado
humeando entre tus muslos.
Soy campo de batalla
mientras la sábana
compite con tus dedos:
carboncillos ingrávidos
ruboreando mi cuello,
mi cintura, mi pubis,
mis íngrimas crecientes;
y me gobiernas
adverbio inexcusable
en el arrodillado
grito de tu cuerpo.
Oh eslabón del cielo,
que en el cielo me toca
y me trastoca,
cruzada fervorosa
franqueando en pleno
mis montañas.
Me desordenas toda,
tan esperado,
tan mío,
tan preciso.
Del libro Nocturno de Presagios, EUNED 2010
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Poema de la Semana 11 al 17 de febrero 2013 |
|
|
|
|
|
|
Esta vez, como poema de la semana, hemos escogido un pequeño cuento, muy poético, que escribiera Isabel Hernández y que leyera durante el Recital-Homenaje que POIESIS le dedicase a Luz Ala Chacón. He aquí el breve relato, casi prosa poética:
Domadora del tiempo
A Luz Alba Chacón
Quien coquetea con el tiempo hecho metáfora
Con la sabiduría de quien carga la curiosidad siempre en una pequeña bolsita color rojo; ella resucitaba laberintos. Algunos habían muerto por una pasión, otros por venganza, hubo uno que se ahogó en un río, dejando pequeños caminos huérfanos.
Por eso el Tiempo se enamoró de la dirección exacta de su sonrisa: un guiño, una carcajada, unas cuantas letras acariciando su espalda y de pronto... todos los labios de la historia le susurraban mares y montañas en sus ojos.
El Tiempo quiso ser carne para ella, pero finalmente concluyó que la mejor manera de entregarse era respirando poemas desde la hoja en blanco.
Por eso, a partir de ese instante, cada uno de los minutos se empapa de tinta, solo para verla desenvainarle la mirada al tiempo.
Isabel Hernández
|
|
|
|
|